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Editorial - 1134

 


Cómo se mata la conciencia

 

El cosmos se rige por leyes perfectas y los animales por el instinto, pero el hombre está sujeto a un proceso de evolución, en el cual los instintos han perdido fuerza en beneficio de la inteligencia y de la conciencia.

 

Así como la fiebre y el dolor son mecanismos biológicos que advierten de que algo amenaza la salud o la vida y es necesaria una solución; de forma similar, la conciencia es la encargada de controlar los instintos y dirigir al hombre hacia el desarrollo y la evolución. La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción. La conciencia cognitiva nos permite tener conocimiento del mundo y de nosotros, mientras que, la conciencia moral nos informa acerca del valor real de las cosas, de lo que vale la pena, de lo que es bueno y correcto, y de lo que es necesario evitar.

 

Cada persona tiene un nivel de inteligencia y un nivel de conciencia, de acuerdo a su grado de evolución. Existen personas que tienen una conciencia poco evolucionada, por lo cual, tienen dificultades para discernir entre la verdad y la mentira y entre el bien y el mal. Estas personas tienen poca libertad, son manipulables y están condenadas a una existencia pobre en todos los aspectos.

 

El desarrollo de la conciencia ha traído como consecuencia el libre albedrío, es decir, la posibilidad de elegir entre distintas alternativas. Esta condición hace que las conductas humanas tengan carácter moral. Somos morales porque podemos elegir, porque sentimos que tenemos la posibilidad de seguir caminos diferentes en nuestra vida, porque nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias.

 

La evolución es posible gracias al libre albedrío que le permite al hombre elegir entre el bien y el mal; mas, para poder elegir correctamente, necesita tener ideas claras sobre el valor de las cosas y esto es posible gracias a la conciencia. La conciencia moral emite juicios de valor sobre nuestras acciones y sentimientos, pero la conciencia necesita ser educada en los principios superiores de verdad, justicia y amor, los cuales han sido desarrollados por la humanidad durante miles de años. La experiencia de los siglos nos ha enseñado el valor de la vedad, de la justicia, del amor y de otras muchas virtudes, pero los seres humanos, por ignorancia o debilidad, nos vamos por lo más fácil.

 

Los valores son hábitos que se adquieren a través de la educación. Mientras las personas y la sociedad funcionan en base a valores, les va bien, progresan y evolucionan; pero, cuando se alejan de los valores, se imponen los instintos, el egoísmo y la corrupción. Las crisis, la pobreza, la violencia y la corrupción son consecuencia directa de la falta de conciencia. La falta de conciencia hace que las personas no asuman sus responsabilidades y que cada día se imponga con más fuerza la ley de la selva.

 

Todas las leyes del mundo no sirven para controlar la mente de una sola persona, lo cual nos indica que, más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro. "Moral y luces son nuestra primeras necesidades" Simón Bolívar

 

Vivimos en una sociedad mediocre que genera mucho desgaste psicológico y moral, de aquí la importancia de fortalecer los valores, todos los días, para permanecer fieles a la verdad y el bien.

 

Muchas personas adormecen la conciencia o la matan para poder vivir a sus anchas, sin darse cuenta de que, al hacerlo, pierden el sentido de la vida. Seguramente que conoces muchas personas que viven sin rumbo. Se trata de personas que no han desarrollado suficiente conciencia o la han perdido a lo largo del camino.

 

La conciencia es nuestro mejor amigo y consejero interno. Una buena conciencia, ilustrada y noble, nos guiará hacia la libertad, mientras que, la falta de conciencia, nos llevará a la destrucción.

 

Cómo se mata la conciencia


El ser humano no puede vivir en contradicción consigo mismo, porque la contradicción genera una tensión insoportable; por esta razón las personas tratan de amoldar sus ideas a sus comportamientos, pues, necesitan justificar sus conductas, pero esta forma de auto engaño conduce al fracaso y a la frustración.


En 1950, Festinger definió esta realidad en la Teoría de la "Disonancia cognoscitiva" de la siguiente manera: "Si cambiamos el comportamiento de un individuo, entonces, sus pensamientos y sentimientos se modificarán para minimizar la disonancia".

Esto significa que, las personas pueden terminar silenciando su conciencia, bien sea por influencia de los demás o por decisión personal. Este cambio no se produce del día a la noche. Es el resultado de un proceso en el cual se va adormeciendo la conciencia de forma progresiva hasta perder la capacidad crítica y no distinguir entre la verdad y la mentira ni entre el bien y el mal.

Por este mecanismo, muchas personas matan su conciencia de forma progresiva y terminan justificando todas sus acciones.

En general, todas las personas comienzan la vida con buenas intenciones, pero luego se pierden en los vericuetos de la vida y se preguntan. ¿Cómo he llegado a esta situación?

Como es lógico, nadie puede decir de esta agua no beberé. De aquí la importancia de ser honesto consigo mismo, de alimentar todos los días los valores morales, de vivir en actitud de superación constante y de revisar el mapa de ruta; pues, vivimos en una sociedad mediocre y materialista, que genera mucho desgaste psíquico y moral, cuyos objetivos fundamentales son: La fama, la riqueza, el poder y el placer.

Se trata de valores pasajeros que, al final, solo dejan fracaso y frustración. Son muchas las personas que claudican y adormecen o matan su conciencia para evitar la disonancia y vivir a sus anchas, sin pensar en las consecuencias de sus actos.

 

Las fuerzas del mal son muchas y astutas y están en todas partes; además, como carecen de moral se valen de todo y, para ellas: "El fin justifica los medios"; mientras que, las personas buenas están obligadas a actuar bajo los parámetros de la verdad y del bien. Lo importante es saber que, al final, la verdad y el bien prevalecen sobre el mal.

 

Es importante mantener una independencia respecto de los criterios de la sociedad y tener una actitud crítica. No te dejes manipular por ideas, opiniones, creencias y propagandas que, bajo la apariencia de verdad, ocultan muchas falacias.

Necesitas aprender a filtrar los mensajes, especialmente los que provienen de personas cercanas, pues, como confiamos en ellas, los aceptamos sin pensar, y, una vez que se instalan en nuestra mente, escapan a nuestro control y actúan con plena libertad.

Tus enemigos no están en China, están cerca de ti, y más aún, tu peor enemigo eres tú mismo, tu egoísmo, tu ignorancia, tu irresponsabilidad. Si lograr controlar a tus enemigos internos, tendrás poder sobre el mundo.

 

Recuerda que, nadie puede hacerte daño si tu no lo permites, pero puedes alienar tu mente y tu conciencia por causa de ti mismo.

 

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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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